lunes, 28 de enero de 2008

Marcelo Mobarec: "Se está creando la tercera fuerza política en Chile"

En el directorio provisional del primer partido fundado en democracia hay un agnóstico (Fernando Flores), un judío (Jorge Schaulsohn) y un ex sacerdote, Marcelo Mobarec, principal encargado de reunir las firmas para la constitución legal de la colectividad y al que cada cierto tiempo aún le deben recordar que no es el capellán de ChilePrimero, sino su secretario ejecutivo.

Por Andrés Rojo - La Nación Domingo

A sus 35 años, Marcelo Mobarec está aprendiendo a llenar cheques, pagar cuentas y todo lo que significa llevar una casa. Pero a la vez es el principal responsable de llevar adelante el proceso de formación de ChilePrimero y de seleccionar los candidatos a alcaldes y concejales del partido de los ex PPD Fernando Flores, Jorge Schaulsohn y Esteban Valenzuela.

Tiene cara de sacerdote, habla y piensa como sacerdote, pero ya no lo es. Después de 14 años de preparación, y a ocho meses de su ordenación, prefirió retirarse de los jesuitas en marzo de 2007, dejando su trabajo en una parroquia ariqueña y como capellán del Hogar de Cristo en Arica. Por esas carambolas del destino, fue llamado por el senador Fernando Flores como secretario ejecutivo de ChilePrimero, pocas semanas después de que el todavía cura publicara una columna, en un diario electrónico de su ciudad, instando al parlamentario a pedir perdón a la ciudadanía por su renuncia al PPD y acusando su salida como "éticamente reprobable", lo que le ocasionó un par de "amonestaciones explícitas de la Iglesia por haberme metido en temas políticos".
Mobarec afirma que Flores no le ha explicado por qué lo eligió, a pesar de su nula experiencia política, pero comenta que en las redes del senador ariqueño y hoy cabeza visible de ChilePrimero figuran muchos ex alumnos de colegios jesuitas, por lo que supone cierta identificación entre el senador agnóstico, ex marxista y ministro de Allende y parte del mundo religioso.

En cuanto a su salida del sacerdocio, confiesa que "fue traumática para mí y para la Compañía (de Jesús), en el sentido de que quedó mucha gente herida en el camino, además de mí. Si bien era una decisión que venía trabajando, que se le salga uno de sus curas recién ordenado es un golpe muy potente para una congregación. Pero creo que el principal dolor fue para la gente de la parroquia". Se suma también el dolor de su propia familia, de origen árabe, que ya había logrado superar la pena de que el primogénito se metiera a sacerdote.

BUSCANDO CANDIDATOS

Puntualiza que su retiro no lo mira "como un fracaso, sino como una decisión dolorosa", y comienza a sacar un Marlboro tras otro. Pero no se complica para argumentar que su salida no se debió a un interés político, sino a "una crisis de vocación" que tiene que ver con una necesidad afectiva dada por su deseo de tener una vida de pareja y a que el costo del celibato "era demasiado alto".

En su calidad de secretario ejecutivo de ChilePrimero, el ex sacerdote precisa que no se ha preocupado aún por las candidaturas municipales, porque lo primero es completar la inscripción de la colectividad. Aunque no quiere dar cifras, ratifica que ya están listos en cinco de las ocho regiones requeridas por la ley para constituirse como partido a nivel nacional; que entre esas cinco están Arica-Parinacota y O Higgins, y que dentro de las que faltan está la Metropolitana, para la cual se exigen 15 mil firmas, casi la mitad de las 35 mil mínimas que deben reunir. Por ahora, dice, llevan cerca del 40%.

Adelanta asimismo que la meta es reunir los militantes para las ocho regiones al 1 de marzo, para intentar completar la totalidad del país antes del 5 de julio. En lo personal, agrega, está concentrado en terminar de cerrar el proceso de transición que le significó retirarse del sacerdocio, su relación de pareja y las responsabilidades habituales de su vida laica.

Su trabajo cotidiano consiste en conocer personalmente a todos los precandidatos municipales, lograr que ayuden a la constitución del partido, recorrer las regiones y filtrar a quienes no cumplan el perfil buscado por el partido en cuanto a honestidad y liderazgo. Entre ellos, explica, los que vengan con "intenciones bajo la mesa" o buscando plata atraídos por los supuestos recursos que aportarían Flores y Schaulsohn. Algo que él califica como un mito porque, sostiene, el 80% de la plata se obtiene a través de aportes locales.

SERVIR Y DESTRUIR

Mobarec recalca que, a pesar de las dificultades de un sistema político concentrado en la Concertación y la Alianza, es mejor competir por ChilePrimero que como independientes. "ChilePrimero tiene mucha potencia y va a tener el doble en tres meses más. Esto de que se está creando la tercera fuerza política en Chile no es eufemismo ni un optimismo mentiroso", dice con entusiasmo.

Comparando su experiencia política y religiosa, indica que "el sacerdote tiene un rol social muy potente. Es un líder local, un referente". Argumenta que "no hay tema relacionado con el ser humano que no sea de interés del religioso, y paralelamente no hay acto humano que no sea político. En mi caso particular, la vinculación entre la vida religiosa y la política viene dada por la vocación de servicio público", aunque puntualiza que, por ahora, no tiene vocación de candidato.

Concluye señalando que el púlpito en la iglesia se parece al estrado del político: "Ambas son situaciones de poder y el poder es una hermosa herramienta de servicio o una macabra herramienta de destrucción, y se puede servir y destruir desde ambos púlpitos". En cuanto a la delgada línea entre una y otra vocación, señala que hoy están distinguidas más claramente. "Durante la dictadura militar eso era más complejo, porque había una necesidad histórica de acción que se hacía más evidente que en democracia. Por lo tanto, el paso de la oración a la acción era muy estrecho; el paso de la acción a la acción política más estrecho aún, y en algunos casos de la acción política a la acción armada también. En tiempos de dictadura es muy fácil creer que todos los medios son lícitos".